martes, 25 de agosto de 2009

INTENSO VERANO


Las vacaciones llegaron a su fin al igual que lo está haciendo el mes de agosto. Tras un paréntesis en el que prácticamente sólo me dio tiempo a presentar el libro en mi pueblo, Europa volvía a ser mi destino en este verano. Tres paises han sido mi destino: Alemania, Francia y suiza; y cinco ciudades las visitadas, cada cuál con más encanto: Friburgo (Alemania y campamento general), Estrasburgo y Colmar (Francia), Basilea y Rheinfelden (Suiza). La experiencia apasionante y los lugares visitados interesantes tanto por su belleza como por su interés particular.

Alemania me sorprendió, aunque bien es cierto que es el sur. El carácter no era tan de ogro como muchas veces nos dan a entender. Una ciudad identificada con el Medio Ambiente, limpia con buen uso de la bicicleta y el tranvía. Las cervecerías dignas de recordar así como las cervezas, que la suya peor es la mejor nuestra.

Francia tiene menos ambiente en la calle que Alemania y "más suya" pero tiene un don especial. Colmar, ciudad medieval "la pequeña Venecia" con un encanto especial, y Estrasburgo sorprendiente con "la petite France" como diminuto recobeco en la ciudad. Imprescindible el viaje en barco en ambos lugares para palpar las distintas sensaciones.

Suiza me parece un pais impersonal, que ha cogido aspectos de la cultura de los países cercanos. Bueno si, la particularidad de ser neutral y ser el centro de Europa. Curioso el uso de los Francos Suizos y la vuelta en Euros. Rheinfelden un pueblo medieval muy bonito y Basilea una urbe pegada a Alemania.
Mención aparte tiene el río Rhin, testigo de toda la visita y bastante limpio y cuidado. El aeropuerto europeo (mitad suizo, mitad francés) y con pequeño lio en los accesos.

La gastronomía variada y abundante. Los alemanes no se mueren de hambre, lo tengo por seguro.

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